domingo, 16 de noviembre de 2014

La Maldición de Carmen Winstead


Finalizada la hora del almuerzo escolar, la maestra les comunicó a los alumnos que la junta directiva había planificado un simulacro de incendio en el que todos debían participar.

Poco después sonó la alarma y los alumnos salieron para reunirse en el patio. Era un día caluroso, con el cielo despejado y un sol que hacía arder la piel, llenando las frentes de los estudiantes con pequeñas gotas de sudor.

La maestra comenzó a leer la lista de nombres. Todos alzaban la mano y decían “presente” de formamecánica, consumidos por el aburrimiento. Sin embargo, una chica de un grupo de cinco amigas se fijó en el hecho de que Carmen (una compañera de clase) estaba de pie junto a la alcantarilla, a la que le faltaba la tapa desde hacía semanas, y aún faltaba bastante para que la maestra leyera su nombre. Sus ojos brillaron. Carmen estaba entre las últimas de la larga lista organizada en orden alfabético: ¿qué pasaría cuando la llamen si caía en la alcantarilla? “¡Carmen está en la alcantarilla!”, podrían corear y entonces todos reirían a carcajadas y la pobre Carmen sería el hazme reír. Quién sabe, incluso podrían terminar por bautizarla como “La Chica de la Alcantarilla”. La oportunidad de romper el aburrimiento y hacer historia era perfecta, así que les comunicó discretamente la idea a sus cuatro amigas y todas empezaron a agolparse en torno a Carmen, fingiendo torpeza para empujarla y hacerla caer sin que aquello pareciese premeditado…

Meses después, compañeros de clase de la fallecida Carmen empezaron a recibir correos electrónicos que se titulaban “La empujaron”, afirmaban que la muerte de Carmen no fue accidente, que la habían empujado, y que los culpables debían asumir la responsabilidad del crimen, pues de lo contrario habría terribles consecuencias.  La mayoría pensó que los correos eran una farsa elaborada, pero otros cuantos no estaban tan seguros.
Días después, la chica que ideó el plan para ridiculizar a Carmen escuchó una extraña risa que venía de la regadera, así que terminó rápido su ducha y se fue a dormir más temprano que de costumbre. Cinco horas después su madre se despertó al oír un portazo en la entrada. Su hija no estaba en la casa. Llamó a la Policía, pero no hicieron mucho, pues aun no transcurrían las 48 horas, para declararla desaparecida.
La mañana siguiente mientras el conserje del colegio limpiaba las hojas secas del patio, vio que la nueva tapa que habían colocado en la alcantarilla tras la muerte de Carmen, había sido levantada y en el interior, estaba la chica desaparecida, muerta de igual manera que su compañera.
Al pasar los días, otra de las chicas tubo el mismo destino, entonces, el ayuntamiento mando soldar la tapa, pero hubo una tercera muerte y la alcantarilla estuvo bajo vigilancia las 24 horas del día. Esto no detuvo los extraños sucesos, pues las dos víctimas restantes  murieron de la misma forma, en alcantarillas cercanas a sus domicilios. Así terminaron las cinco chicas, muertas dentro de alcantarillas, con el cuello roto y el rostro desecho.
La leyenda cuenta que el espíritu de Carmen las poseía en el momento del sueño, y las guiaba en estado de sonambulismo para provocarles la misma muerte que a ella le brindaron. Se rumoraba también que otras personas que no tenían nada que ver con los hechos, murieron igual… todo por haber tomado a broma el correo recibido, y no haber creído que ella fue empujada… el castigo recibido, fue una muerte igual de horrenda…

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